Gracias a su gran cantidad de antioxidantes, polifenoles, grasas monoinsaturadas y vitamina A, D, E y K, los beneficios del aceite de oliva no solo se reducen a un buen ingrediente de la cocina, ya que también se usa como un remedio natural para mejorar diversas funciones del cuerpo.
El principal ácido graso del aceite de oliva es el oleico, un ácido graso monoinsaturado, aunque en menor medida también contiene saturados y poliinsaturados (destacando el omega 3). El aceite de oliva, que aporta hasta un 78% de ácidos grasos omega-9 (ácido oleico), es considerado un aceite muy sano, de hecho muchos avalan la recomendación del consumo de este aceite y es considerado “El Rey” en la famosa dieta mediterránea. Además, este aceite conserva todas las propiedades en el fruto: aroma, vitaminas, minerales, antioxidantes, entre otros.
Beneficios:
- Fuente de vitamina E: por cada 13 gramos de aceite de oliva contiene 1,56 mg de vitamina E. Ingerir este aceite es muy beneficioso para la salud y la dosis recomendada es de 40 gramos al día de 2 a 3 cucharadas.
- Mejora la función digestiva: Actúa como protector frente a excesos de ácidos del estómago y mejora el pH del organismo debido a la mejor absorción del calcio y del magnesio.
- Fortalece los huesos: Mejora la absorción de calcio, magnesio y zinc, por lo que es de gran ayuda para el crecimiento óseo.
- Favorece la formación de membranas celulares y del tejido cerebral.
- Disminuye la presión arterial: Tres cucharadas diarias de aceite de oliva pueden ayudar a disminuir los niveles altos de presión arterial.
- Activa el sistema inmunológico: Al ser muy rico en antioxidantes y nutrientes, favorece la barrera contra los virus.