Un buen almuerzo o una rica cena ayudan a reponer la energía gastada, quitan el apetito y dejan esa increíble sensación de satisfacción. Imagina si esos alimentos además te ayudaran a fortalecer el sistema de defensas en estaciones donde las bajas temperaturas van en desmedro de tu sistema inmunológico ¡Sería lo máximo!
Cuando bajan las temperaturas nuestro cuerpo se siente más vulnerable y tiene tendencia a sufrir enfermedades típicas del invierno como resfríos, gripes o fatiga. Para mantener a raya tu sistema inmunológico y que te pille preparado, una buena forma de fortalecerlo es por medio de la alimentación.
Al consumir una buena dosis de vitaminas al día, vas a ayudar a que tu organismo esté protegido ante eventuales virus y bacterias. Como el cuerpo no siempre puede por sí solo fortalecer su sistema de defensas, es momento de incluir en tu alimentación frutas y verduras ricas en antioxidantes que protejan nuestras células.
Al momento de hablar de defensas y alimentación una de las primeras vitaminas que se vienen a nuestra mente es la vitamina C. Es famosa por ayudar a fortalecer el sistema inmune y es posible encontrarla principalmente en cítricos, verduras de hoja verde, zanahorias, tomate, y también en el mundo animal como en la leche, huevos y algunas carnes.
Otra vitamina muy importante es la vitamina B, la que no es fácil de encontrar sola y, por lo general, viene dentro de un complejo de vitaminas, que aportan múltiples beneficios para la salud. Se puede consumir por medio de verduras de hoja verde, de legumbres y de cereales.
Otro de los efectos de los cambios de temperatura es que aumenta nuestro gasto de energía, por lo que si las horas de sueño y el ejercicio físico no son suficientes para energizar el cuerpo, existen otras maneras para darle esa dosis extra al cuerpo si lo pide. Una de esas vías son los suplementos naturales, sobre todo los que son ricos en antioxidantes que, además de ayudar a frener el proceso oxidativo de las células, también ayudan a reponer los niveles de energía.
Los antioxidantes son nutrientes que ayudan a frenar la oxidación celular, gracias a que combaten las moléculas llamadas radicales libres que atacan y dañan las células. Ese daño que provocan en las células también debilita el sistema de defensas, por lo que los antioxidantes son las sustancias ideales para fortalecer el sistema inmunológico, contribuyendo a que el cuerpo se mantenga fuerte y libre de infecciones como resfríos y gripes.
El maqui, conocido por ser el mayor fruto antioxidante del mundo, es de aspecto similar al arándano y famoso por su altísima concentración de delfinidinas. Esto último le permite tener un poder antioxidante 15 veces mayor al de la uva roja, presente también en el vino tinto. Además, también aporta vitamina B5 que ayuda a combatir los signos de cansancio y fatiga.