Dejaron de ser cuestión de pajaritos: son las semillas. Hay todo un mundo por descubrir cuando se trata de ellas porque hay una gran variedad que puedes comer. Están las de chía, linaza, amapola, girasol, sésamos y varias más que perfectamente puedes incluir en tus ensaladas, por ejemplo.
Unas de las más populares son las de chía y su fama se debe a su versatilidad. Su sabor es fácil de combinar con otros alimentos y es rica en proteínas y fibra, lo que ayuda a la sensación de saciedad.
La linaza es otra y es muy buena para la digestión. Tal como la chía tiene altos niveles de fibra, y eso ayuda a que tu cuerpo procese mejor los alimentos sin provocar problemas estomacales como estreñimiento.
La invitación es atreverte a probar y tener cuidado en las cantidades, ya que si bien son naturales no siempre tienen pocas calorías. Una pequeña porción es más que suficiente para que tu cuerpo comience a experimentar sus beneficios y consigas una digestión de oro.
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