Prevenir problemas cardiovasculares es más sencillo de lo que imagina. Basta con cambiar algunos hábitos de alimentación y estilo de vida y reforzar el consumo de nutrientes cardiosaludables, como el Omega-3. Acá más consejos para que mantengas tu corazón sano y fuerte.
Equilibra el consumo de grasas
Noo todas las grasas son iguales. Algunas grasas saturadas y trans perjudican el control del colesterol y aumentan el riesgo cardiovascular. Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas tienen efectos beneficiosos. Estas últimas incluyen ácidos grasos esenciales que no se pueden sintetizar en el cuerpo, sino que tienen que ser obtenidos a través de los alimentos. Es nuestra tarea incrementar su ingesta consumiendo nueces, pescado y alimentos como las leches enriquecidas con Omega-3.
Consumir alimentos con Omega 3 para cuidar el corazón
La American Heart Associaton afirma que las grasas buenas, entre las cuales se encuentran los ácidos Omega-3 como el EPA y el DHA, ayudan a mantener la salud del corazón. A partir de la ingesta de dos gramos diarios se mantienen los niveles normales de triglicéridos en sangre; a partir de tres, se mantiene la presión sanguínea normal.
Más grasas buenas prolongan la vida
La población de la isla de Okinawa, en Japón, posee el récord mundial de longevidad. Además, gozan de buena salud hasta la muerte: son físicamente independientes hasta los 97 años de edad aproximadamente. Sus habitantes tienen un 80 % menos de problemas coronarios. Los expertos creen que eso se debe al elevado consumo de ácidos grasos Omega -3. Esto ya que intervienen en la protección frente a muy diversas patologías y deterioros.
Controlar el colesterol
El exceso de colesterol es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades del corazón. Una elección adecuada de alimentos permite reducir hasta un 50 % la ingesta de colesterol.
Caminar 30 minutos al día ayuda a proteger tu corazón
Caminar y realizar cualquier actividad física habitual y adaptada a las condiciones físicas de cada persona ayuda a cuidar el corazón, y permite también mejorar el control de peso, forma física y estado de ánimo.
Reduce el consumo de sal de tu dieta
La sal contribuye a aumentar la presión arterial, que es un factor importante de riesgo para la salud cardiovascular.
Incluye pescado y cereales integrales a tu dieta
La fibra reduce modestamente los niveles de colesterol malo y fomenta la saciedad al producir un vaciado lento del estómago. Se recomienda que al menos la mitad de los cereales sean integrales. Por otro lado, los pescados azules contienen nutrientes como el DHA, un ácido graso de la familia del Omega-3 que ayuda a reducir el riesgo de problemas cardiovasculares, a la vez que mantiene una presión arterial saludable y ayuda a controlar los niveles de triglicéridos en sangre.
Muévete
Solo con realizar ejercicios media hora por día se reduces el riesgo de infarto a la mitad y disminuye el riesgo de diabetes en un 27 %. Además, ayuda en el control de la presión arterial, reduce los niveles de glucemia y triglicéridos, aumenta el colesterol HDL (colesterol «bueno») y favorece mantener un peso corporal ideal.