Seguramente más de alguna vez te haz preguntado por qué hay ciertos productos todo el año en tu país, si es que no están siempre las condiciones para que se den de forma natural. Esto es gracias a las importaciones, que no necesariamente implica ser mejor a que elegir productos locales de la temporada.
La industria de los alimentos busca satisfacer a los consumidores todo el año, independiente del mes o estación. Esto ha hecho que para cumplir con la demanda se recurra a importar productos y, en consecuencia, pagar grandes gastos de transporte, liberar emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y utilizar técnicas de conservación a los alimentos que afectan sus beneficios y propiedades, como la congelación. Todo eso hace que el fruto o verdura pierda frescura y eleve su precio.
El consumo de productos locales y de temporada tiene variadas ventajas que no son menores. Debido a la reducción de transporte, se disminuye el consumo de energía y la contaminación. Además, a nivel de relaciones se fortalece el vínculo entre productos y consumidores, lo que impulsa el empleo a nivel local. Por otra parte, los productos son más frescos, tienen mejor sabor y mucho menos preservantes, o quizás ninguno. Todos beneficios que contribuyen al medio ambiente y la salud.
Sumado a todo eso los precios serán más justos ya que se evitan recargos puestos por los intermediarios. Anímate a ir a la feria y conocer a los que están detrás de lo que consumimos, recuperando además el factor humano de los productos.