Efectos del ajo en la salud
El ajo es conocido por sus efectos positivos en nuestra salud, especialmente para combatir gripe y resfriados, aunque también es cierto que cuenta con un handicap, el olor posterior que permanece en el aliento y que hace que muchas personas descarten su ingesta. Pero, hay muchas formas de tomarlo para conseguir sus beneficios. Esta planta ha sido históricamente utilizada por las distintas sociedades durante miles de años tanto para fines culinarios como por sus beneficios terapéuticos.
El ajo fresco estimula el sistema inmunológico y es un potente agente antibacteriano, antiviral y antihongos, gracias a uno de sus componentes, la alicina. De hecho, un reciente estudio de la Universidad Estatal de Washington muestra que el ajo es 100 veces más eficaz que los dos antibióticos más populares en la lucha contra las bacterias causantes de enfermedades responsables de las patologías transmitidas por alimentos.
El ajo como aliado del sistema inmunológico
En esta época del año, donde aparece con mayor intensidad el resfrío y la gripe asociadas con el frío, el ajo puede ser una potente herramienta para enfrentarlas, ya que contiene compuestos capaces de matar una amplia variedad de microorganismos. De hecho, la organización global de investigación Cochrane Database, crítica con el uso de la vacuna contra la gripe, recomienda otras alternativas, como el uso del ajo. Esta organización encontró en un estudio que aquellos que tomaron ajo diariamente durante tres meses tuvieron menos resfriados que los que consumieron un placebo, y cuando fueron atacados por un resfriado, la duración de la enfermedad fue más corta que en los individuos que no ingirieron este bulbo.
El ajo es un soporte eficaz del sistema inmunológico. Diferentes estudios demuestran que es capaz de aumentar la producción de glóbulos blancos y mejorar la defensa del cuerpo contra los patógenos invasores. Además es rico en vitaminas C y B6 y es una buena fuente de los minerales manganeso, calcio, fósforo y selenio.
El ajo crudo es más efectivo
Pero, para conseguir mejores resultados se recomienda la ingesta del ajo crudo, ya que al cocinarlo disminuye su eficacia, por eso es mejor agregar un diente o dos de ajo fresco picados a las ensaladas o como cubierta, con aceite de oliva, para los vegetales cocidos por separado. Los problemas de sinusitis relacionados con los resfríos pueden aliviarse también comiendo un diente de ajo pelado por día, antes del desayuno. Se puede beber un vaso de agua junto con el ajo, para evitar el malestar estomacal. El consumo de ajo fresco también puede aliviar las bronquitis, ya que degrada la mucosidad del pecho. Hay que tener precaución si se está consumiendo anticoagulantes o medicamentos para regular la glucemia, ya que en este caso no debería utilizarse el ajo como remedio casero.
Para evitar el mal aliento que provoca su ingesta, podemos acudir a sencillos trucos como masticar perejil fresco o remolacha roja después de consumirlo.
Fuentes consultadas: