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Carrito

Cuántas veces has sentido que te comerías «una ballena» por todo el hambre que sientes. Pues bien, la verdad es que lo más probable es que no sea realmente hambre, ya que para eso deberías estar privado de comida por un tiempo muy prolongado, harto más que un par de horas.

Si bien pareciera que esa sensación de «estómago vacío» es hambre,  en realidad se trata de estímulos que tus sentidos captan para engañar a tu estómago. Acá es donde el concepto de alimentación consciente cobra sentido, ya que en vez de estudiar las consecuencias de lo que se come, primero piensa en los sabores y las sensaciones que cada uno de ellos provoca.

Primero que todo debes identificar qué es necesidad y qué es deseo. Si ya sabes que necesitas comer frutas y verduras por sus vitaminas y nutrientes, no deberías elegir un caramelo que sólo aporta azúcar y nada bueno. Sin embargo, sabiendo eso, igual eliges el caramelo, o sea, el deseo.

También inflluye que como el ser humano es un ser vivo llevado a sus costumbres, es probable que a cierta hora comas por rutina más que porque realmente tengas hambre.

Cabe destacar también que existen tres tipos de hambriento, y una vez que identifiques cuál eres, mejor sabrás cómo dominar tus impulsos. Por una parte está el hambriento visual, ese que con solo ver una foto de una deliciosa hamburguesa, muere de ganas por comerla y comerla ahora. Es uno de los más frecuentes en la era de las redes sociales gracias a plataformas como Instagram, que explotan al máximo la atracción visual que provocan los alimentos. En esta categoría entran los que con sentir ciertos aromas se sienten tentados.

Otro es el hambriento emocional, que es el que come para compensar un sentimiento y acá la alimentación consciente es clave ¿Ese chocolate realmente ayudará a que dejes de sentirte incómodo o triste? Quizás por un momento, pero en cuanto te lo acabes todo volverá a ser como antes.

Y, por último, está el hambriento por aburrimiento, aquellos que comen sólo porque asocian ciertos alimentos a situaciones, personas y lugares, con o sin hambre. Si eres de estos lo mejor es que antes de comer hagas algo como un deporte, leer, algún pasatiempo o distracción.

En todos los casos la sugerencia es que respires profundamente y mientras pienses si lo que quieres comer en realmente porque tienes hambre, o porque tu cuerpo te está pidiendo un capricho.

 

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